Logotipo del Patronato del Real Alcázar de Sevilla

Programación

Música Antigua

AXABEBA  29/6, 13/7
Cristianos, Moros y Judíos. Un Universo Multicultural  /  Mediterráneo, Mar de la Memoria

BARROCO SÚBITO  4/7
Telemannía  /  250 Aniversario de la muerte de Telemann

ELCURAROJO  25/8
Telemann 2017  /  250 Aniversario de la muerte de Telemann

EUSKAL BARROKENSEMBLE  11/7
Colores del Sur

GUILLERMO TURINA / EVA DEL CAMPO  28/7
Las sonatas para violonchelo y bajo continuo de Vivaldi

HARMONIA DEL PARNÀS  8/9
De Murillo a Rabassa: Música y danza en torno a la Sevilla barroca  /  400 Aniversario del nacimiento de Murillo /  250 Aniversario de la muerte de Pedro Rabassa

HIPPOCAMPUS  21/7
Lasciatemi morire. El nacimiento de un nuevo estilo: Música y poesía en la Italia del Seicento  /  450 Aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi

JOSÉ HERNÁNDEZ PASTOR / JESÚS FERNÁNDEZ BAENA  18/8
Oblivion Soave. Monteverdi, su época y su impronta en la Música Barroca  /  450 Aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi

LA HISPANIOLA  23/8
Fantasia a due bassi

MARIVÍ BLASCO / JUAN CARLOS RIVERA  11/8
Murillo & Monteverdi: dos Artes, mismos afectos  /  400 Aniversario del nacimiento de Murillo  /  450 Aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi

RAFAEL RUIBÉRRIZ / ALEJANDRO MARÍAS / ALFONSO SEBASTIÁN  23/6
Las fantasías secretas de Telemann  /  250 Aniversario de la muerte de Telemann

ROCÍO DE FRUTOS / MANUEL VILAS  2/8
Retratos en cifras (Un homenaje musical a Murillo) / 400 Aniversario del nacimiento de Murillo

TAMAR LALO / DANIEL OYARZABAL  7/7
La Maestría de la Dulzura. Las sonatas para flauta dulce de Telemann  /  250 Aniversario de la muerte de Telemann

TRÍO MESAMOR  5/9
Telemann y el Trio Sonata en el Siglo XVIII  /  250 Aniversario de la muerte de Telemann

Música Clásica

ALMACLARA 4 CELLO  27/6, 25/7
Sueños para una noche de verano

ANTONIO DURO / FRANCISCO BERNIER  19/7, 30/8
Música española para dos Guitarras

BERNARDO GARCÍA HUIDOBRO / ÁNGELES TEY  14/7
Federico García Lora y Regino Sainz de la Maza: Una amistad musical

CUARTETO CARREÑO  29/8
Desconocidos imprescindibles  /  Centenario de la muerte de Teresa Carreño

ISABEL JIMÉNEZ MONTES / TOMMASO COGATO  24/8
El Alma popular

LES CORDES BASSES  26/7, 16/8
Bellezas ocultas

LIBON TRIO  28/6
Maestros versus discípulos

LUIS ORDEN / TATIANA POSTNIKOVA  7/9
Flautissimo

MARÍA ESTHER GUZMÁN / SARAH ROPER  3/8
Diálogos (Dúos para oboe y guitarra)

SOLISTAS DE LA ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA  1/9
Puro divertimento

TRÍO AD PARNASSUM  5/7
Viento clásico

TRÍO PLEYEL  21/6
Clásicos siempre

Flamenco

CHIQUI CIENFUEGOS TRÍO  9/8
Crisis  /  El Jazz y su relación con otras músicas

DIEGO VILLEGAS TRÍO  24/6, 29/7, 14/8, 4/9
Bajo de Guía (Flamenco Jazz Project)  /  El Jazz y su relación con otras músicas

GEMA CABALLERO  1/7, 22/7, 5/8, 19/8
Lo traigo andao

JORGE PARDO TRÍO ACÚSTICO 15/6
Huellas  /  El Jazz y su relación con otras músicas

MARÍA TERREMOTO  22/6, 3/7, 8/8, 31/8
Raíces

Músicas del Mundo

LA BANDA MORISCA  31/7, 21/8
Por la sierra de Ronda  /  Mediterráneo, Mar de la Memoria

MAWWÀL  20/7, 4/8, 22/8
Mediterráneo: Canciones de Amor y Muerte  /  Mediterráneo, Mar de la Memoria

MINHA LUA  6/7, 18/7
Fado y otras emociones

SAMARCANDA  10/7, 7/8
Canciones y danzas del Mediterráneo  /  Mediterráneo, Mar de la Memoria

SHEELA NA GIG  20/6, 12/7, 12/8, 26/8
The Path of Shells

ZARUK  10/8
Hagadá  /  Mediterráneo, Mar de la Memoria

Otras músicas

ALFREDO LAGOS / LUIS GALLO / JORGE PALOMO  9/9
Los caminos de la guitarra  /  El Jazz y su relación con otras músicas

BRIGADA BRAVO & DÍAZ  17/8
Melodías populares de la Iª Guerra Mundial  /  El Jazz y su relación con otras músicas

CHEZ LUNA  17/6, 30/6, 15/7, 24/7
Once lunas para un jardín

NOMAD TRÍO  27/7, 6/9
Retratos de Cámara. Entre Europa y Latinoamérica

QUIQUE BONAL / KID CARLOS  8/7, 17/7, 1/8, 15/8
La música popular norteamericana: Del Blues al Rock  /  El Jazz y su relación con otras músicas

TAMAL HOT BAND  19/6, 2/9
Desde la raíz al fruto: Un viaje creativo por el Mississippi  /  El Jazz y su relación con otras músicas

TRÈS BIEN!  16/6, 26/6, 28/8
Sous le ciel de Seville. Swing manouche y chanson francesa  /  El Jazz y su relación con otras músicas

Presentación

La propuesta artística de Noches en los Jardines del Real Alcázar recorre las distintas edades musicales de la ciudad de Sevilla a lo largo del tiempo. Los programas seleccionados incluirán distintos periodos y líneas estilísticas en un espectro que abarca los más de mil años de vida en el Real Alcázar. Hasta cuarenta y cuatro programas que representarán la historia de la Música occidental en su extensión, incluyendo periodos y géneros como la Música medieval de las Tres Culturas, el Renacimiento, el Barroco, el Clasicismo, el Romanticismo, los Nacionalismos, el Impresionismo, las Músicas del Mundo, el Jazz, el Blues o el Flamenco. Sin embrago, más allá de estas líneas estilísticas, hemos querido tejer pequeños ciclos temáticos que salpiquen la programación de historia, destacando distintos aspectos de nuestra herencia cultural. Hasta 38 de los 75 conciertos se agruparán en los distintos ciclos que detallamos a continuación:

 

250 Aniversario de la muerte de G. Ph. Telemann  /  Nacido en Magdeburgo, en el Sacro Imperio Romano Germánico, en 1681, está considerado uno de los grandes músicos del siglo XVIII, en el triunvirato compartido con sus contemporáneos, los también alemanes, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel. Pero más allá de su propio tiempo, Georg Philipp Telemann destaca quizá como el más prolífico compositor de la historia, con más de 3000 obras de su autoría según estudios recientes, y aunque muchas de ellas se hayan perdido, en sus 800 composiciones acreditadas aborda todos los géneros musicales, desde la ópera hasta el oratorio. Telemann fue un compositor entre dos épocas, y aun siendo uno de los exponentes de las postrimerías de la música barroca, introdujo la forma sonata y el estilo galante en la música alemana, contribuyendo decididamente a la formación del clasicismo. Solo dos meses después de su nacimiento se extinguía en la capital del imperio español el genio teatral Pedro Calderón de la Barca, cuya obra La vida es sueño inspiraría la precoz ópera de Telemann: Sigismundus, que compuso con doce años de edad. Esta obra infantil representa un auténtico ejercicio de afirmación de la vocación del joven Georg Philipp. Si algo nos parece destacable de su vida, como lección más allá del tiempo, es la expresión de un talento natural que desbordó la senda trazada por su familia, marcada por la oposición de su madre a que se dedicara a la música. Por ello su formación tuvo que servirse de medios autodidactas y tuvo que acceder a estudiar leyes en la Universidad de Leipzig, ciudad que sin embargo sería decisiva en el desarrollo de su carrera artística. En Leipzig el joven recibió el reconocimiento de las autoridades municipales pese a los recelos de maestros veteranos como Johann Kuhnau, que antecedió como cantor de la iglesia de Santo Tomás a Johann Sebastian Bach. Frente a su colega, hoy universalmente conocido, Telemann orientó su música a diversos oídos, lo que lo hizo muy popular en su tiempo. Se preocupó de la publicación de sus obras y la adecuación a instrumentistas de distinto nivel. Pero además, quizá en respuesta a sus tiempos de autoaprendizaje, Telemann fue un gran pedagogo y teórico de la música. Murió en Hamburgo el 25 de junio de 1767. A este coleccionista de plantas y flores exóticas, al que Händel enviaba rarezas botánicas desde Londres, le dedicaremos hasta cinco de nuestra flores nocturnas en los jardines del Real Alcázar.

 

Del mismo modo conmemoraremos el 250 Aniversario de la muerte de Pedro Rabassa que falleció en Sevilla medio año después que el maestro alemán. De origen catalán y con algunos antecedentes en su familia, fue la piedra angular de un linaje musical, de maestros de capillas organistas y cantores que se instalará en Sevilla y en el entorno más inmediato de la provincia eclesiástica hispalense. Rabassa ejerció su magisterio muy cerca de los muros de este Real Alcázar, desde 1724 como maestro de capilla de la sede metropolitana de la Catedral. Su prestigio venía precedido por su trabajo en la corte del Archiduque Carlos de Austria, en Barcelona y su posterior estancia durante una década como maestro de capilla en la Catedral de Valencia. En los más de cuarenta años de actividad como maestro de capilla en Sevilla, Pedro Rabassa se convirtió en la mayor autoridad musical de la ciudad, al ser la Catedral la mayor institución musical de la provincia eclesiástica, de la que a su vez se nutrían las capillas del Nuevo Mundo, especialmente de México y Guatemala. Es autor de unas 400 piezas, de las que hasta la fecha se han localizado 311. La mayor parte de su obra es de género vocal con acompañamiento, a excepción de una pieza exclusivamente instrumental. De todas ellas, sólo cinco son profanas y pertenecientes por tanto a su etapa cortesana: los tonos “Elisa, gran reina” y “Deslumbrada navecilla”, las cantadas “Herido de sus flechas”, “Monstruo voraz” y el dúo “Amor a cuyas aras rendido”, así como una sonata para teclado, pionera en España en su género. Incorporó a la tradición polifónica española nuevos elementos de la música italiana, como el recitativo y el aria; y fue autor de uno de los tratados musicales más importantes del barroco español: Guía Para los Principiantes que dessean Perfeccionarse en la Composición de la Mussica, de 1726.

 

400 Aniversario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo  /  Justo un siglo y medio antes de que los restos de Pedro Rabassa descansaran para siempre en el templo metropolitano, la Iglesia hispalense y el Ayuntamiento formalizaron el 8 de diciembre de 1617, un acto de juramento en favor del misterio de la Inmaculada Concepción. Sevilla celebraba en la liturgia y en las calles, dos siglos antes de que Roma declarara el dogma, la proclamación del misterio que le valiera el titulo de ciudad “mariana”. Pero de entre todas las celebraciones, la más discreta, aunque quizá la más trascendente, se viviría en la casa del barbero Gaspar Esteban y María Pérez Murillo, donde nacía el 31 de diciembre su hijo menor, Bartolomé, llamado a pintar la imagen más universal de la Inmaculada Concepción de María. Fue bautizado en la Parroquia de la Magdalena el 1 de enero de 1618. A los 10 años quedó completamente huérfano, criándose con la familia de su hermana mayor Ana. El peso de su familia materna, de artesanos y pintores, condicionó el camino del joven Bartolomé, que seguramente por ello adoptó como pintor el apellido de su abuela materna, Murillo. En su juventud recibió instrucción de su pariente, Juan del Castillo, que tenía también como colaborador en su taller a Alonso Cano. Ceán Bermúdez nos cuenta que con veinticuatro años Murillo visitó en Madrid a Velázquez, quien le recibió cordialmente y le mostró las colecciones del Palacio Real, el Buen Retiro y El Escorial. Poco después abrió su propio taller en Sevilla y recibió su primer gran encargo, una serie de once lienzos para el claustro del Monasterio de San Francisco el Grande, situado en el solar de la actual Plaza Nueva. Este encargo fue la antesala de su fama como pintor de obras religiosas. No obstante fue también un excelente retratista de la burguesía y la clase intelectual de la ciudad. Pero su mayor aportación a la vida civil hispalense fue sin duda la fundación en 1660, junto a Francisco de Herrera el Joven, Juan de Valdés Leal y otros artistas, de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla, instalada en la Casa Lonja. Bartolomé Esteban Murillo murió el 3 de abril de 1682, unos meses más tarde de la fatal caída que sufrió cuando trabajaba en el retablo de los Capuchinos de Cádiz, dejando pues este mundo como vivió, con los pinceles en la mano. Se enterró en la Parroquia de Santa Cruz, de la que la ocupación francesa también hizo plaza, reposando sus restos en algún lugar desconocido junto a las ancianas tapias de estos jardines. Siglos más tarde la Sevilla mariana levanto el monumento del Triunfo al que se asoman las torres del Alcázar. Nosotros nos asomaremos con las músicas del barroco al tiempo del genio sevillano, rindiéndole homenaje en el IV Centenario de su nacimiento.

 

450 Aniversario del nacimiento de Claudio Monteverdi  /  Solo una década antes del nacimiento de Murillo en Sevilla, el barroco se hacía música en Italia por la mano del compositor Claudio Monteverdi, nacido en Cremona en 1567. Monteverdi, formado en la tradición polifónica de los Victoria, Lasso y Palestrina, hizo suyos los postulados de la “Camerata Fiorentina”, lo que supuso la metamorfosis de la encorsetada sonoridad renacentista hacía una nueva expresividad barroca. Así, en 1607 Claudio Monteverdi, que hasta entonces había destacado en la composición de madrigales, asumió la aventura ya con cuarenta años de adentrarse en el llamado “stile rappresentativo”, con la ópera La favola d'Orfeo. El éxito de esta composición supuso la superación de los modelos propuestos por Jacopo Peri y Giulio Caccini, alumbrando el nacimiento del teatro lírico. A esta obra le siguieron otros encargos como L'Arianna, de la que aun subsiste el estremecedor "Lasciatemi morire". Tras esta etapa cortesana y durante un largo periodo se dedicó a la composición de carácter religioso, ejerciendo como maestro de capilla de la catedral de San Marcos de Venecia, donde compondría la colección Madrigali guerrieri et amorosi. Sin embargo, treinta años más tarde todavía tendría Monteverdi que ofrecer muestras de su incontestable genio y de su papel procreador para el género operístico, nacido al calor de los primeros teatros públicos de la Venecia del siglo XVII, escribiendo -a los setenta años- las dos óperas que han llegado hasta nuestros días con asombrosa vigencia: Il ritorno d'Ulisse in patria y L'incoronazione di Poppea.

 

Mirando al otro lado del Atlántico, dirigiremos la mirada hacia dos mujeres que representaron la ruptura con los convencionalismos y fueron, con sus posicionamientos vital y artístico, pioneras en el empoderamiento de la mujer.

 

Centenario de la muerte de Teresa Carreño  /  Compositora y concertista de fama mundial, nacida en Caracas en 1853, que fue considerada la gran pianista de su época. Con apenas nueve años de edad dio su primer concierto en el teatro Irving Hall de Nueva York. Tras vivir en Cuba y Estados Unidos, llegando a actuar para el presidente Abraham Lincoln, se trasladó a los trece años a París, donde tocaría ante Rossini y Liszt. Allí inició una carrera de concertista que la llevó por toda Europa, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y África del Sur. Tras más de veinticinco años volvió a su Venezuela natal, como comisionada por el "Ilustre Americano" para programar la ópera de Caracas. Sin embargo, el rechazo de la sociedad caraqueña, por ser mujer y divorciada, derivaron en el boicot de la temporada de ópera. De regreso a Europa, desempeñó una intensa carrera como solista de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Al estallar la Primera Guerra Mundial, inició una gira por España, Cuba y Estados Unidos donde falleció, el 12 de junio de 1917.

 

Ese mismo año, nacería en el sur de Chile Violeta Parra, referente indiscutible la música popular latinoamericana. Artista polifacética, fue intérprete, compositora y folklorista. Vinculada al movimiento de la Nueva Canción, su obra supuso un punto de inflexión en la música chilena desde 1950. Sus recopilaciones sirvieron de referencia, más allá de Chile, para el desarrollo del folclorismo americano. Sin embargo su enorme talento se vio truncado por una profunda depresión que acabaría en su suicidio el 5 de febrero de 1967, a los 50 años. Tras su dramática desaparición, sus canciones siguen siendo interpretadas por músicos de todo el mundo, como la inmortal Gracias a la vida, un melancólico himno a la esperanza que paradójicamente fue su canto de despedida. Cincuenta años después queremos rendirle un pequeño homenaje incluyendo algunas de sus composiciones en distintos conciertos del ciclo.

 

Mediterráneo, Mar de la Memoria  /  Igual que en el Mediterráneo coinciden tres placas tectónicas -la africana, la euroasiática y la arábiga- así confluyeron en sus aguas las culturas y los credos de pueblos de los tres continentes. De todas ellas, durante siglos y aún hoy, han sido también tres las civilizaciones que han convivido y combatido, confrontando y compartiendo tierras, bienes, tradiciones y valores, teniendo incluso en común un único Dios al que han dado distintos nombres. Este conjunto de identidades particulares ha sido la base sobre las que se construye un enorme acervo cultural compartido, tan ajeno como propio. Hoy podemos evocar mirando al gran mar en mitad de las tierras acontecimientos de una enorme huella en nuestro devenir histórico. Hace ahora cinco siglos se elevaba el muro entre las orillas del Mediterráneo, entre Oriente y Occidente, entre Norte y Sur. En 1507 España como gran potencia emergente se disputaba el dominio del mar con el Imperio Otomano, que auspiciaba en al norte de África la toma de Argel. En Oriente, volvía a ser conquistada Jerusalén, la Ciudad Santa de las tres religiones del libro, venerada y profanada durante siglos hasta nuestros días. Como en cada edición, es nuestro empeño la recuperación del patrimonio común inmaterial que es la tradición oral y musical de las riberas mediterráneas. De Damasco a Córdoba, de Argel a Jerusalén, de la Serranía de Ronda a los Montes del Líbano… La música siempre puede sonar en medio del estruendo y el entendimiento brotará de las tres viejas ramas que comparten un mismo tronco, el Mediterráneo.

 

El Jazz y su relación con otras músicas  /  Cambiando de aguas, el Atlántico reeditaría otro encuentro de tres mundos: Europa, África y América, que transformaría un extenso territorio para el mestizaje. Un encuentro humano y cultural tan trágico como fructífero, del que nacieron las más diversas tradiciones musicales a lo largo de todo el continente. En el Delta del Mississippi, la música de los esclavos africanos encontraron nuevas raíces entre las tradiciones musicales de los colonos europeos, con la que se entremezcló durante generaciones naciendo el blues, y el jazz. Hace un siglo, en 1917, se utiliza por primera vez la palabra “jazz” para definir la música grabada en un disco de la Original Dixieland Band, una formación de músicos blancos de Nueva Orleans, pionera en la expansión de este estilo genuinamente sureño. No obstante, esta nueva música se forjo mucho antes, probablemente durante el último tercio del siglo XIX. En ese mismo año de 1917 la autoridades de Nueva Orleans ordenaron el cierre del barrio de Storyville, principal foco de la música nocturna, lo que motivo el traslado de numerosos músicos de jazz a ciudades del norte especialmente a Chicago, la “ciudad del viento”. Dos años más tarde la misma banda de dixie daba el salto trasatlántico en una gira por Reino Unido, comenzando así una imparable internacionalización del género. Cada salto geográfico que experimento el jazz en sus expansión, supuso la incorporación de nuevos elementos y el nacimiento de nuevos estilos interpretativos: en su salto a Nueva York nació el swing, saltando a París dio origen al jazz manouche de la fascinante mano de Django Reinhardt, para muchos el primer músico de jazz genuinamente europeo. El Viejo Continente recibió la nueva música en los años de la Gran Guerra y lo incorporó a los ambientes culturales de metrópolis como Londres o París, introduciéndose tanto en salones de baile como en los círculos intelectuales, e inaugurándose los primeros Hot Clubs ya en la década de los 30 del siglo XX. Tras otra Guerra Mundial, la presencia norteamericana en el Europa supuso su extensión definitiva en el resto del continente. El jazz es ya para entonces una manifestación artística universal; resultado del encuentro de tradiciones distintas y distantes, es a su vez catalizador de la trasformación de la músicas populares alrededor de todo el mundo durante el siglo XX. En España, con la excepción de una efímera fiebre del swing en los años 30 con foco en Barcelona, el jazz se incorpora muy tardíamente, debido a las dificultades de la posguerra y la dictadura franquista. «España, es un desierto para el jazz», declaraba Leonard Feather en su Enciclopedia del Jazz. La escasa actividad jazzística española se verá fortalecida ya en los 60 con los festivales de Jazz de San Sebastián y de Barcelona, nacidos justo después la primera actuación en España en 1966 de Duke Ellington y Ella Fitzgerald. En esta década toda una generación de artistas pudo curtirse en las jam sessions de salas como Jamboree Jazz o Whisky Jazz, en Barcelona y Madrid respectivamente, donde destacan algunos jóvenes músicos llamados a saltar a la escena internacional, como el grandísimo Tete Montoliu o Pedro Iturralde, que inauguró todo un género con la presentación de Jazz Flamenco en el Festival de Berlín, junto a un joven Paco de Lucía. Desde la tradición flamenca, el maestro de Algeciras, dio el pié a una nueva generación de músicos que se sumergen en una fusión genuinamente española, con nombres tan reconocidos como Carles Benavent, Chano Domínguez, Gerardo Núñez o el saxofonista y flautista Jorge Pardo, que será el encargado de dar apertura en esta edición a las Noches en los jardines del Real Alcázar.